Tomando en cuenta la falta de capacidad del Estado para luchar efectivamente contra
la pobreza en Bolivia, y que actualmente las barreras entre el sector privado, la
sociedad civil y el tercer sector son cada vez menores, nosotros -en la Fundación
Progreso- nos sentimos obligados a contribuir y creemos que una organización como
la nuestra puede ayudar a reducir o aminorar las fricciones entre los sectores buscando
siempre el desarrollo y la sostenibilidad, mediente la reducción de la pobreza y
la desigualdad.